Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 30 de diciembre de 2018

Arrepentida


Arrepentida estoy
en haber creído en ti,
te creí parte de mi vida.
El amor se deshojó
como margarita silvestre del campo,
tú no me amabas y lo siento por ti.

Y no mas nombres ya,
no mas maneras de estar juntos,
te quiero lejos,
muy lejos,
me has herido,
me has causado penas
y un manto de lluvia de lagrimas
saladas inundó todo mi cuerpo.

Arrepentida por haberte amado
y creído que éramos dos
los que juntos se amaban.

Sólo quedo el cielo seco,
la tierra seca
con chopos de estío y yo errante,
torpe y angustiada
al saber que disimulabas tu verdad
por la ilusión sencilla de la vida juntos.

Arrepentida estoy,
no mirare tu rostro en los espejos del rio
cantando no podre descansar junto a ti
sobre el perfume suave de la rosa,
ni buscaremos la sombra verde
de los enternecidos álamos.

Creceré otra vez libre
en las ramas perfumadas de las glicinas
y en mi pecho vibraran
junto a otro amor verdadero
las trompetas radiantes del agua.

Y así me sentiré
como serena estatua de miel
y bronce protegida,
amparada,
defendida del mal y la envidia
que pueda acercarse.

Arrepentida por no haberme dado cuenta
de tus semiverdades de tus devaneos ciertos,
de tus enigmas sin sentidos.
Maduraré como fruto mágico,
mi sensibilidad a flor de piel
entre nuevas caricias y besos esperados,
renaceré otra vez y correré el número exacto
de ágiles saltos hacia la música
de las ondas en marcha,
bailando con la total intensidad
de mi cuerpo y alma.

Arrepentida pero no doblada,
ni siquiera levemente inclinada,
erecta y pura,
sin dobleces ni mentiras,
saldré elástica y aplomada
con mi ritmo de danza
llevando en la boca las mágicas flores del agua
al nuevo amor que me espera con ansias.

Y tu recuerdo se irá esfumando
ya dejare de ser esa marioneta
que tu manejabas con tus hilos
de mentiras y viles palabras,
no seré mas la arpía
del libro de cuentos perdido en la nada.

Seré nada,
seré nadie,
no seré mas para ti
me quitare todas las ligaduras
que me envolvían hacia ti
y seré libre otra vez.

Volveré a recorrer
otro camino que me lleve
aunque tarde a los silencios largos
con mi intrépido corazón
y mi alta frente
desvelada hacia lo desconocido
pero no por ello cierto.

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