Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 5 de marzo de 2019

Después de tu partida


Después de tu partida,
mi vida cambió totalmente,
entre nube grises, brumosas,
el llanto inundó mi alma.
¿Por qué te fuiste sin una palabra?
Nosotros que nos amábamos tanto nos separamos,
huiste en busca de otro amor,
dejaste de amarme.
Quedé en una vigilia de mis noches,
anonadada, triste, pero al unísono,
me sentí libre,
mi vida era mía, sin ataduras,
que a veces me asfixiaban sin poder ser yo.

Después de tu partida,
Sentía que no me quería,
que estaba ligada al que creí el amor de mi vida,
en los límites de brumas pensantes.
No más sufrimientos, me siento vulnerable,
desnuda…
Y siento que habita en mi en el fondo de mi alma,
un camino que pide a gritos,
que clama por ser necesitada, amada con un amor,
profundo y verdadero.
El tiempo cruel por distintas sendas nos apartó
y aunque ya no me ames,
las azarosas luchas alejaron nuestros rostros,
ya no te veo, no te reconozco,
perdí tu figura desaparecida en la bruma.

Después de tu partida,
Ahora soy feliz,
el nardo irradió su fulgor,
que secó la fuente del llanto,
dándome los carismas divinos de la luz y del canto.
Ya no te escribiré mucho más,
que unas pocas cartas, a ti amado ausente,
ya no existes más,
te has ido a la secreta lumbre de hogueras lejanas.
¡Qué gozo que no sean nunca iguales las cosas,
que son las mismas!
toda la vida es única.
Y aunque no las acusen cristales ni balanzas,
diferencias minúsculas aseguran a un ala de mariposa,
a un grano de arena,
la alegría de ser otra.

Después de tu partida,
si el vasto tiempo entero río oscuro
se escapa en las manos, nos deja días, horas,
en que fuimos felices.
Emprenderé ahora, sola, una aventura,
un viaje maravilloso llamado vida.
Ya no estoy detenida esperando,
ahora vivo, canto y rió
y mis poesías de amor como puñado de agua limpia,
risas de voces,
son un espejo agradecido de la felicidad que siente mi alma.

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