Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 1 de abril de 2019

Umbral




Umbral, es la entrada al mundo nuevo,
al de frases puras,
al de verdades que existían desde antes
y no las vislumbraba.
Es el comienzo de vivir sin temores,
sin miedos,
sin presagios a ser rechazada,
a no ser querida.
Umbral, comienzo de una nueva era recorriendo mares
y tiernas pruebas de que mi ser ascendiendo
por escala de tactos, de bocas,
hasta llegar a algo más denso ya,
más palpable, a una voz que me dirá:
“Te quiero”, que lucha para afirmarse.
Umbral, acceso único al Paraíso azul,
donde mi alma se encuentra con la tuya,
mi boca con tus besos,
donde estrepitosamente el mundo
se abre para los dos.
Desde lejos, toda la naturaleza te mira,
avergonzada y yo displicente grito,
río,
lloro, con mi cuerpo donde la luz tímidamente se asoma.
Bajo la luna en mis brazos
pero nadie ve que me envuelve la túnica de lentos llantos.
Corro  como llama sobre el río de la espuma
atravieso el umbral,
y allí están esperándome mis poemas
que se alargan cual árbol en la pradera celeste del agua
y junto a ellos regresas tú, el amor de mi vida.
¡Cuánta gracia el cielo y tu amor junto a mí!.
Tú avanzas, pájaro de fuego,
Destruyendo los sonoros espejos,
trayéndome ramos de laurel
a mi enardecido pecho.

                                                  “voces que apenas son canción
                                                  sombra de la mano
                                                  que se desliza sobre mi cuerpo
                                                  en el atardecer de la canción”

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