Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 7 de diciembre de 2019

Despechada


Despechada,
ofendida, tú te fuiste,
huyendo desesperado de mí lado,
Me dejaste por otro amor.
esta carta no es para ti, no la leerás nunca,
Es para que mis sentimientos dolorosos,
se caigan en una hoja en blanco,
mojada en un mar de lágrimas.
Desengaño profundo,
no te puedo ni debo buscarte.
¡Desaparece de mi vida ya!
Tú y tu vanidad, tú deslealtad,
primaron en tu vida,
eres una ofensa al honor de los hombres.

Despechada,
me invadió la mala querencia,
nacida en mi ánimo por la pena y el dolor,
por la herida que causaste en mi corazón,
destrozado y sangrante.
Mis poemas de amor los sacrifiqué,
por estas tardes de tristezas,
el río, amigos, la sombra de los sauces,
todo por no estar a tú lado.
Pero de pronto , me devolvió la tarde este poema,
puñados de agua límpida, ristra de voces
y la puntada singular surgiendo de la risa,
enhebrando algún cuento bajo los árboles.
Espejo agradecido, donde acontece,
tamizada la tarde.
Por ti, el sueño tejía la trama de lo íntimo
(aguja de cristal).
El tiempo destejía con saña,
(aguja de acero)
el sueño, invisible colibrí, se me volaba de la manos.
El tiempo, araña voraz, hincábamos el costado.
todo por ti, mi amado ausente.

Despechada,
este amor fue remolino,
donde confluyeron todos mis raudales,
unos arrastraron tiernos recentales,
otros se encresparon con furor felino.
Poemas, novelas, madrigales,
nutrieron el confundido torbellino.
incubo el pecho una avidez de trino.
Se alzaron hondos relinchos genitales.
Me dejaste con un soy medio abrazo,
apenas y apenas , medio beso.
No quiero ni que te acerques a completarme entera
¡vete del todo!
¡sal de mis pensamientos!
te quiero lejos, lejísimo, en la horizontalidad,
del horizonte.

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