Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 26 de diciembre de 2019

El aquí y el ahora


El aquí y el ahora,
¡qué gran y sencillo milagro
vivir en el hoy!.

Mis suspiros se detienen pensando en ti,
ya no existen noches en soledad,
tu voz me llega,
sin cuerpo,
leve, dulce,
con ternura incontenible
porque tu voz crea tu cuerpo.

El aquí y el ahora es nuestro,
los labios y los brazos se buscan
y por tu voz grave y sonora
se hace la luz al oírla en este ámbito
en que mis ojos no te ven
y nuestras voces se besan.

Somos dos enamorados
que no tenemos más días
ni más noches
que nuestras voces estrelladas,
nuestras cartas de amor
que como soles cruzan el espacio.

El aquí y el ahora
nos lleva a entendernos
con nuestras diferencias
entre tú y yo
que llaman a nuestro amor a la alerta,
a probar que existe
y que es verdadero.

En el espacio que nos separa,
laten ávidas y puras
las victorias de amor futuras,
esperando el cuándo…
de este amor que lucha por sobrevivir
sobre triunfos floridos
en besos de la nada.

Y atravesamos minas oscuras,
tempestades  amantes,
fúlgidos resplandores,
cálidos pensamientos.

El aquí y el ahora hace que delicadas,
ardientes,
nuestras almas se busquen
por un camino
donde no hay despedidas y al final,
el hallazgo tan deseado,
el contacto,
la nueva separación vencida,
la unión pura brotando intacta en el hoy.

Ya el viento aprendió tu nombre
y te llama como un triste eco que se pierde
y rebota entre la montaña.

En el aquí y el ahora,
ven a mi,
que aún no he aprendido como se vive
sin que estés aquí.


Entre las flores rojas del framboyán,
nuestros labios se encontrarán
entre las sombras de nuestras pupilas graves
y mis suspiros de amor y seremos dos,
amándose con ansias de vivir.

El aquí y el ahora me llevó hacia ti
y el viento dejó de pesar,
el agua es dulce,
sabe a vida,
mis días ya no son lluviosos,
no soy ya un pedacito de espejo
porque reflejo tu imagen
y la siento mía.

Aquí y ahora,
en el infinito espacio que llamamos tiempo,
tú llenas el hueco triste de mi existencia
que ahora se ha colmado de risas y cantos.

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