Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 9 de enero de 2020

Mi vida y tú


Mi vida y tú están entrelazadas, juntas
no es existir si nos separamos.
Éste verso mío no es de alguien ya definitivamente muerto,
aquí estoy a tu lado,
aún vivo escribiendo para ti, mi amado.
Hay personas que pasan por la vida
sin que nos demos cuenta.
Tú, mi amado, en cambio, fuiste un alud de sobresaltos,
un júbilo ardiente, una caja de Pandora,
música con nuestras melodías.
Me diste la ternura que yo siempre me negué
y yo te compensé con todo mi amor mi vida.
Juntos, agazapados como dos felinos
cubrimos de pasión el miedo ajeno que llevamos dentro.
Mi vida y tú, son otro viento que aviva la misma llama
que hoy es canto que arde en la sustancia misma del poema.
Irrumpes en un cielo donde inútil
se estremece aún la llama del deseo.
Otro aire alimentará nuestros deseos,
nuestros placeres,
nuestros besos ávidos de caricias.
Mi vida y tú, crecen en nuestro abrazo
como imagen del fuego.
Hay una sed que no se apaga, que es llama
en medio del torrente, una llama que ya no abandona
su ardor, ni sucumbe aún
en el cauce rápido del agua límpida.
Busca en la luz un camino,
una escala de penumbras
y ven a mí,
¡te esperaré siempre!

                                            “La poesía es la palabra imprescindible
                                            que rueda hecha poema,
                                            está en todas partes
                                            y no se deja ver”.

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