Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 14 de febrero de 2020

Los vientos y tú


Los vientos y tú,
nos acercarán estrechamente,
se congregarán
después de la puesta de sol
y soplando formarán
una gran orquesta,
tocará sólo para ti.

Nuestros cuerpos
vibran y se acercan
unidos a la naturaleza,
formamos parte de ella
y latimos con su crecimiento
respiramos con el viento
y nos elevamos en vuelo
abrazados como un solo cuerpo.

El amor nos une de tal manera
que nos permite oír
hasta el más pequeño ruido,
el murmullo del aire
al acariciar la hierba,
el canto de los grillos,
el roce de las ramas.

Nuestras manos entrelazadas,
son un nido tibio de amor
y apoyando mi cabeza en tu pecho,
me fundo como figura en tu bronce,
subiendo los peldaños del deseo
hasta alcanzar la cumbre de tu nombre.

Los vientos y tú,
se arremolinan,
nos envuelven,
nos enlazan,
nos encienden
el deseo de estar juntos
hasta nuestros más recónditos adentros
y encuentran en mis labios,
las palabras que unan tus oídos
a mis versos.

Los vientos y tú,
nos sacuden las bases
de nuestras sangres
y hacen aparecer
tu nombre contra el cielo,
amor, que desnudándote,
caminas en mi búsqueda
sobre el cerco que esconde mi silencio.

Los vientos y tú,
nos acercan,
nos apegan,
fuerte, muy fuerte,
consumiéndonos
en llamas de amor
inolvidables.

Los vientos coronan
nuestro amor,
 a veces serenos,
calmos,
a veces bravíos
como huracanes recién iniciados.

Los poemas de amor
que nacen de mi alma
se me vuelan lejos,
hacia ti,
como milagro,
entre compases y cantos
con un monorrítmico estribillo
en mi desafinado violonchelo.

¡El amor eres tú!

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