Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 28 de marzo de 2020

En lontananza


En lontananza,
eterna y dolorida,
la vida me conduce lejos de ti,
a horizontes desconocidos.

Soy como una paloma
que lleva dentro del pecho desilusiones,
buscando esa floresta
que se le ha perdido dentro de su alma.

En lontananza añoro tu dulce querer
al que me entregaba entre esperanzas nuevas
para volvernos a amar
entre ansias de arreboles
entre espesas noches.

Ahora,
oscuras amarguras me agitan,
algo ineluctable,
callado crece y en fatigada tristeza
te busco en el confín distante.

Te pienso presente en palabras pasadas,
en lontananza por montañas y ríos
mi cuerpo te busca,
mis ojos re abrazas,
mis labios te besan,
no me pidas olvido…

Tus letras ya no son tus cartas de amor,
son frías y distantes
y el cambio me quiebra,
me rompe y me duele.

En lontananza,
en esta distancia lejana
me alienta el volver a escuchar tu voz
que como sonido celeste
viene a mí a pesar de tu ausencia.

Esperanza inútil,
aliento despacio,
ya eres viajero infinito del camino tuyo.
¡Qué eterna y dolorida lontananza!
¡Qué inexorable la distancia en el tiempo!.

Quisiera que las sombras que avanzan
se oculten en su trágica envoltura
y que regrese a mi alma plena de ilusiones
el amor perdido y olvidado.

En lontananza,
quiero volar muy lejos,
hasta el cielo,
al infinito y gritar mis sentimientos
al espacio sin oídos.

En lontananza cercana vienes a mí,
levantando polvaredas
y al fin a mis brazos te rendirás.

Ya no más espejismos
como vorágines se acumularán en mi existencia,
ni mis pupilas de lágrimas acumuladas
no estarán nunca más vidriosas
por el amor perdido y desolado
que volvió a mí buscando su nido
en mi alma para rendirle culto a la vida
y mantener este amor
que se ahogaba en el silencio.

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